31 de marzo de 2013

Asesina serial.

"Un mujer con el corazón roto sabe repartir equitativamente sus pedazos"

Una víctima tras otra, un delito, dos complejos, tres heridos, cuatro direcciones, cinco minutos, seis grados bajo cero, siete días, ocho reanimaciones, nueve centímetros cúbicos de medicina, cero arrepentimiento, una asesina, dos corazones rotos, tres noches malgastadas, cuatro cigarrillos, cinco personas en la misma cama, seis cuchillas, siete antidepresivos, nueve puentes tristes esperando su maldito suicida, cero miedos, un muerto ... ocho segundos para escapar.

Los policías están en la escena del crimen, hay una mujer muy sensual cortando flores al otro lado de la gran columna de cemento, sus muñecas sangran, su boca está seca, sus labios necesitan ser hidratados por algún vagabundo sin vida ni rumbo, un día, dos noches, más si esto no es posible, por aquel policía que la observa mientras imagina como la esposa, la hidrata, la inmortaliza y la perturba.

El agua suena fuerte, el viento la mueve sin compás, el lago sufre, flotan, llegan a la superficie, respiran, son humanos, razonan, se dan cuenta que solo agonizan y mueren, mueren por exceso de sueños rotos, aplastados, hechos añicos.

La mujer se acerca, "bella dama, ven aquí", susurra el policía, ella lentamente camina en dirección opuesta, se baja la cremallera de su abrigo, abre dos botones de su camisa, un escote profundo deja ver un poco más de lo que ella pretendía, pero no hay tiempo para pensar, voltea, una luz tenue deja ver sus labios, grandes y carnosos, con un labial rojo vivo, seco, ya opaco, él la esposa, no quiere levantar sospechas, le afirma muy seguro de si mismo que ya ha vivido la historia de la asesina de amantes, que se la sabe de principio a fin, pero que ya no le importa; ella se lleva con dificultad un dedo a la boca y deja que su saliva lo tambalee de un lado a otro, muy provocativa entra a la patrulla y grita, se libera de los demonios que lleva en los hombros:

- Esta noche soy suya, me esclavizaré a su libertad, en la primera señal del sol me largo, el arrepentimiento no llegará solo ni esperará una invitación.

Huele a gasolina, hay náuseas en el ambiente, el motor se enciende, el policía le tira las llaves a la entrepierna, ella lanza una mirada asesina, el reacciona y en tono bajo menciona:

- Evite que la picardía se convierta en maldad y que este mortal deje de serlo, vagabunda.

- Carmen, me llamo Carmen, y si quiero puedo hacer que el sol aparezca en ese instante.

-Yo soy un tipo que mata su identidad cada noche, que se droga, que muere a cada respiro, pero que sin embargo respira, todas las noches cambio mi nombre así que llámeme como le venga en gana.

- "Hoy serás Víctor" *hoy gritarás y torturarás, hoy serás torturado, serás un maldito cabrón como ese que quiere derrumbarse en la acera, pensó al mirar por el cristal.* "Por ahora deja de pensar y llévame a cualquier lugar, se me acaban as ganas y a ti el tiempo."

La sirena se encendió, él se aprovecho de su fuerza y pisó el pedal a fondo, Carmen bajó los vidrios, el viento rozaba su cara, su cabello era libre, pero tanta libertad la jodía así que tomó su caimán y lo sujetó. Avanzaban rápidamente por una avenida solitaria, uno o dos transeúntes caminaban a cada lado de la vía, lenta y sigilosamente, sin levantar sospechas, en un intento fallido por evitar ser vistos.

Víctor frenó muy fuerte, los labios de Carmen se postraron en el cuello de este sujeto, lo besó, la adrenalina la recorría, sus hormonas se alborotaron, estaba loca.

- No pares, por favor, acelera.

Él no tenía otra opción, aceleró, se emocionó, buscaba un lugar cualquiera, pues al fin y al cabo ella no pasaría del amanecer. Un bar cualquiera, una emoción cualquiera, un tequila cualquiera, ¿se acabó el tequila? un trago cualquiera, una multitud de personas, movimientos explícitos, una puerta que se abre y una mujer, Carmen.

Tiró la puerta, rienda suelta a la imaginación, movimiento al compás de la música, no muy violento, no muy romántico, no muy normal. Dos de la mañana, el tiempo acaba, otra copa, otro beso, otra canción ... ¿la puerta?

- ¡Carmen! ¿Carmen? Ha salido el sol.

25 de marzo de 2013

Pistolas hechas humo.

Un gatillo que raspa, un botón que accionas, tres segundos entre la bala y tu objetivo, una vida que se derrama en cada gota de sangre y un pequeño hilo que te separa de la muerte. En otras palabras, destrucción de sueños en cuestión de segundos, sólo que escrito de ese modo, es mas plácido para el lector.

¿Has pensado que el odio es un acopio exagerado de dolor? Si, solo eso, solo dolor, solo ilusiones que han sido exterminadas, solo una pizca de olvido en medio de un brevaje de amor, un poco de humanidad en la perfección. Cada que un ser humano pretende odiar va destruyendose poco a poco, hasta que logra hacerlo por completo, en ese momento cae, muere en vida, deja un abismo de ausencia a su lado, del que solo se dan cuenta las personas que lo aman.

El oxígeno se acaba poco a poco, se va secando el cuerpo, deshidratación, algunas gotas de morfina en la lengua del culpable, razón que adorna la culpa, culpa que acaba con el asesino poco a poco, homicidio psicológico, duelo imperceptible y un ligero olor a "te extraño".

Otro sueño vuelto añicos en el universo, otro vulnerable humano caído en las tersas manos del odio.

12 de marzo de 2013

Casi él, casi yo, casi amor ...

Siempre pensé que la distancia lo impedía todo, hasta que la frase: "La distancia separa cuerpos, no corazones"  llegó a  mi cabeza por casualidad, un día en que no la utilizaría.

Por cosas de la vida, sucesos, karma, porque ya me hacía falta, conocí a alguien que se parecía a mi, que pensaba como yo, que tenía poesía en las venas, corriendo libre de la mano con sus pensamientos, susurrando palabras dulces a la distancia, que enviaba en un avión de papel a través de las tormentas y las ventiscas, pero que nunca perdía su rumbo, creo que era por el amor que llevaba en el.

Diariamente pensamientos cursies rondaban por mi cabeza, dando vuelvas y vueltas, sin dejarme dormir, distrayéndome de todo, de él, de mi ... haciendome sentir casi bien, casi completa, casi feliz, haciendome sonreír, patéticamente, siendo la razón para mantener mi lucidez siempre.

Él es la razón por la que me preguntan ¿qué tienes? o ¿por qué tan elevada?, él es el causante de que ya no sea la misma, él me enseño mucho en tan poco ... con él valoré una conversación, con él me sentí viva, feliz, después de mucho tiempo viviendo por vivir, miserablemente.

Los días pasaban rápidamente cuando pensaba en ti, las horas eran segundos que me perdían entre charlas y posibles momentos en los que por fin te vería. Nunca dudé que pudiese conocerte, tal vez abrazarte, tomar tu mano, besarte; nunca dudé en que por un instante el universo confabularía a mi favor y me dijera que por fin te conocería.

No sé como seguir, al parecer este párrafo iniciará con un "supongo", pues no es seguro, pero no puedo decir que no lo sea. Supongo que todo debe llegar a su final, supuse que seguiría por mucho tiempo, pero mi mente constantemente se corrompe por lo que dice la gente, por lo que interpreta del mundo, dejandome sin armas para pelear una batalla que en realidad QUIERO GANAR; la batalla contra mi, contra lo que mi mente piensa y lo que mi corazón niega, contra todos los errores que cometí por no dejarme llevar por lo que sentía.

No puedo decir que fue un error pues nunca lo fue, fue una experiencia maravillosa, emocionante, que muy pocos se atreverían a experimentar. Fue sentír amor desde la punta de mis dedos hasta el final mis rizos, fue sentirme plena con todo en todo momento.

Imagino que no sabes cuánto te agradezco por el tiempo que estuviste a mi lado, por cada una de las magicas palabras que deleitaron a mis ojos, por los besos que se clavaron en mis labios, por las canciones, por las sonrisas, por permitirme ser parte de tu poesía, por darme el privilegio de conocerte cada día un poco mas.

Recuerdalo siempre:
"Algún día encontraré a alguien como tú, y la amaré, la amaré como a nadie"

Te amo.

Postdata:

"Y en otra vida
desearía ser tu chica
y así mantener nuestras promesas ...
poder estar nosotros contra el mundo."
- The one that got away, Katy Perry.


8 de marzo de 2013

Un poco de rareza.

Las mujeres sueñan con ir a París ...

Yo sueño con ir a holanda, sentir la humillación algún día, no poder apreciar los colores y así poder amarlos más. Yo sueño con cosas extrañas, fuera de lo normal, que el mundo odia, que a mi me atraen. Yo sueño con no ser como las demás, aún sabiendo que soy parte de un estereotipo general. Sueño con recorrer el mundo, ayudar a los demás, conocer las culturas, salir de estas cuatro paredes y conocer personas que me catalogarían como una loca ... sueño con ir por la calle caminando y decirle "hola" a todos los transeúntes sin que me digan "no puedes hablar con extraños". Sueño con que un anciano me cuente su vida, sus errores, sus aventuras. Sueño con poder ser libre, que mis palabras fluyan, sin miedo a nada. Sueño con quitarme la dependencia loca de soñar ...